Olga Bernad |
Espíritus del vino
Melancolía alcohólica de nueva madrugada,
acerada en su fragua de licores.
Un espíritu lento siento alzarse
mientras el mundo gira más que nunca
y olvida las renuncias, suspendiéndolas
de la frágil cordura evaporada.
La larga caravana del arrepentimiento
se ha detenido ahora bajo el cielo.
Reina la luna en el desierto grave:
la noche se ha encantado,
marca su territorio con estrellas,
hogueras vivas, altas y felices.
Por el caliente aliento del verano,
la irrealidad afina sus contornos.
Una parte de mí salió volando,
-rápida como un pájaro-
sedienta como siempre pero alegre,
con su porción de eternidad en las alas.
En los ojos la luz del vino oscuro,
la turbia niebla sobre la conciencia;
decir entonces sí, te amo entonces,
puedo besar los labios que no importan.
En la noche encantada, los arqueros
tienen también el brillo inmaculado,
incauto y misterioso de las presas.
Abre la puerta azul del cuarto negro,
ven conmigo al deseo y después deja
que a todos nos absuelva su inocencia.
Olga Bernad
4 коментара:
:))))
Hermosisimo poema a las bondades de ese liquido, hijo de la vid y el sarmiento, al sol que escanciado abre nuestras venas y hace galopar cien caballos por nuestro espiritu.
Un cordial saludo.
Magnífico poema y foto!
un saludo cordial desde Madrid
Muchas gracias,Miroslav. Ha sido una sorpresa y una alegría encontrar un poema mío aquí. Ignoro cómo llegaste a leerlo, pero eso me hace pensar que estamos realmente en una "global box". Mejor llenarla de un poco de poesía... y vino.
Saludos.
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