Los fenómenos de la belleza
Durante largo vuelo silencioso
el viejo ruiseñor,
el de plumaje esquivo y cielo imprevisto,
anduvo eligiendo, ciego o vidente,
aunque trémulo como ante un repentino
grano de uva azul o de diamante,
la rama de un árbol desde la cual cantar,
y finalmente se detuvo en aquélla,
la muy oscura como luz de azufre del infierno,
donde se balanceaba (¿o levitaba?)
un ahorcado.
el viejo ruiseñor,
el de plumaje esquivo y cielo imprevisto,
anduvo eligiendo, ciego o vidente,
aunque trémulo como ante un repentino
grano de uva azul o de diamante,
la rama de un árbol desde la cual cantar,
y finalmente se detuvo en aquélla,
la muy oscura como luz de azufre del infierno,
donde se balanceaba (¿o levitaba?)
un ahorcado.
Y cantó.
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